Mientras que los científicos aseguran que la concentración de carbono en la atmosfera ha pasado de doscientos ochenta ppm al comienzo de la era industrial a cuatrocientos ppm en dos mil trece, vemos que el calentamiento global, que tiene algo de apocalíptico, puede trastocar radicalmente el ciclo hidrológico del Planeta… Y vamos oyendo nuevos conceptos que tienen su reflejo en otros muchos apartados de nuestras vidas. Uno de ellos, recientemente muy en rema, es el de la “Casa pasiva”

Conforme recientes informes, el setenta y ocho por ciento de los ciudadanos del planeta se muestra preocupadísimo por los impactos del cambio climático. En este sentido, el sesenta y seis por ciento piensa que las medidas para encarar el cambio climático son una ocasión para prosperar su calidad de vida. Además, el setenta y nueve por ciento estima que su país debe tomar medidas… mas los ciudadanos asimismo tenemos nuestra responsabilidad. Puesto que bien, por acá puede venir una parte de la implicación de todas y cada una de las partes…

Desde quierocambiarmisventanas.com pensamos que debe quedar claro que una ‘Passivhaus’ no es un diseño arquitectónico sino más bien una serie de reglas energéticas que se pueden aplicar a cualquier construcción. Una casa pasiva logra reducir el gasto de energía hasta un setenta y cinco por ciento. Aislamiento térmico de suelo, muro y techo, sin puentes térmicos y con sistemas de ventilación de restauración de calor son sus primordiales pilares.

Busca ser una residencia de máxima eficacia energética. Se trata realmente de una forma de construir; una serie de reglas energéticas que se pueden aplicar a cualquier construcción. El término nació en los años noventa de la mano de un conjunto de arquitectos alemanes y suecos.

Ya hay abundantes ejemplos de casas pasivas en España. Se calcula que se puede reducir hasta un setenta y cinco por ciento el consumo de energía; para esto hay que edificar desde 5 conceptos básicos:

1. Aislamiento térmico de suelos, muros y techos
Toda la envolvente de la casa ha de estar con perfección apartada. O sea, que no haya intercambio de calor entre el interior y el exterior. Va a haber que tener en consideración el tiempo de la zona para calcular el grosor de los materiales aislantes que se empleen. Cuanto más frío, más cantidad de material aislante.
2. Ventanas y puertas de altas posibilidades
Son los huecos naturales de las casas, por donde se acostumbra a perder o bien absorber un sinnúmero de calor. El cristal ha de ser doble o bien triple. La mejor carpintería para el cerramiento, por sus propiedades térmicas y acústicas, es el PVC y la madera. En Deceuninck llevamos años trabajando sobre ello.
3. Quitar los puentes térmicos
Son las pérdidas de calor que se generan en los ejes y las juntas, donde coinciden 2 materiales diferentes dejando huecos entre sí. La solución es no interrumpir la capa de aislamiento y, en caso de que sea ineludible, poner en esas zonas un aislante térmico auxiliar.
4. Sistemas de ventilación mecánicos con restauración de calor
Dejan renovar el aire controlando la entrada y la salida, de tal forma que, si el aire es frío se va a aprovechar el calor generado por las personas y los aparatos eléctricos de la casa para acrecentar su temperatura. Si al contrario la temperatura exterior es alta, se expulsará el aire viciado refrescando el que entra. La inversión energética para conseguirlo es bajísima.
5. El ambiente debe ser estanco
No debe haber corrientes de aire. Eso deja que se controle la temperatura del interior de la casa con una mínima intervención de los sistemas de climatización.

Como afirmaba Einstein: “Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser que en él habita, el amor es la única y la última respuesta”.

Fuentes: ecointeligencia.com, 20minutos.es, ecoinventos.com, deceuninck.es e incerco.es